2020/10/06 Arturo Ignacio Siso Sosa: Confesiones de un taxista
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Una noche, un taxista recogió a una monja. Mientras viajaban, el taxista confesó: «Hermana, tengo que sacar algo de mi pecho».
«¿Qué es eso, hijo mío?»
«Bueno, siempre he tenido ganas de besar a una monja y me preguntaba si podrías ser tan amable».
«Bueno, hijo mío, creo que eso se puede arreglar».
El taxista se detuvo y la monja se inclinó sobre el asiento y le dio al taxista el beso más profundo, largo y húmedo que podría haber esperado.
La monja se recostó. El taxista dijo: «Gracias hermana, llevaré esa dicha a mi muerte … por cierto, mi nombre es Frank y me siento terriblemente culpable ahora porque soy católico».
La monja dice: «Bueno, Frank, está bien, ahora te debo decir que mi nombre es Kevin y que estoy yendo a una fiesta de Halloween».
Espero que hayas disfrutado de la risa. ¡Que tengas un gran día y tómate el tiempo para hacer sonreír a alguien más hoy!
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