images Arturo Ignacio Sosa 228

2020/11/03 Arturo Ignacio Siso Sosa: Por qué los perros viven menos que los humanos

Arturo Ignacio Siso Sosa #liberal #largo #benefactor #filántropo #altruista #abnegado #generoso #desprendido

2020/11/03 Arturo Ignacio Siso Sosa: Por qué los perros viven menos que los humanos

Los perros son realmente los mejores amigos del hombre. La mayoría de las personas han tenido algún tipo de mascota en algún momento de su vida y pueden dar fe del hecho de que fue un placer tenerlas. Los perros suelen ser el tipo de animal favorito de las personas. No hay otra mascota que sea tan adorable, cariñosa, fiel, feliz y dedicada a sus amos. Desafortunadamente, todas las cosas buenas deben llegar a su fin y para muchas personas, este momento triste puede ser muy triste, deprimente y llevar a una gran desesperación. Por otro lado, hay algunos casos en los que las personas recuerdan con cariño a su mascota, aprenden de la situación y siguen adelante. Miran las circunstancias desde una perspectiva diferente.

Tal es el caso de la historia de hoy. Una querida amiga mía de la universidad, Heidi, me envió la siguiente historia que… estoy seguro… calentará tu corazón y, tal vez, hará que veas la vida de manera un poco diferente.

———————————–

Aquí hay una respuesta sorprendente de un niño de 6 años.

Como veterinario, me habían llamado para examinar a un perro lobo irlandés de diez años llamado Boby. El dueño del perro, Ronnie, su esposa Lisa y su pequeño Gabriel estaban muy apegados a Boby y esperaban un milagro.

Examiné a Boby y descubrí que se estaba muriendo de cáncer. Le dije a la familia que no podíamos hacer nada por Boby y me ofrecí a realizar el procedimiento de eutanasia para su perro viejo en su casa.

Mientras hacíamos los arreglos, Ronnie y Lisa me dijeron que pensaban que sería bueno que Gabriel, de seis años, observara el procedimiento. Sentían que Gabriel podría aprender algo de la experiencia.

Al día siguiente, sentí un nudo familiar en la garganta cuando la familia de Boby lo rodeó. Gabriel parecía tan tranquilo, acariciando al perro por última vez, que me pregunté si entendía lo que estaba pasando. A los pocos minutos, Boby se marchó pacíficamente.

El chico pareció aceptar la transición sin ninguna dificultad ni confusión. Nos sentamos juntos un rato después de la muerte de Boby, preguntándonos en voz alta sobre el triste hecho de que la vida de los perros es más corta que la de los humanos. Gabriel, que había estado escuchando en silencio, dijo: «Sé por qué».

Sobresaltado, todos se volvieron hacia él. Lo que salió de su boca después me dejó atónito. Nunca había escuchado una explicación más reconfortante. Cambió mi forma en la que trato de vivir.

Dijo: «Las personas nacen para que puedan aprender a vivir una buena vida, como amar a todos todo el tiempo y ser amables, ¿verdad?» Continuó el niño de seis años.

«Bueno, los perros ya saben cómo hacer eso, así que no tienen que quedarse tanto tiempo como nosotros».

————————————

Vivir de forma sencilla.
Ama generosamente.
Cuidar profundamente.
Habla amablemente.

Recuerde, si un perro fuera el maestro, aprendería cosas como:

Cuando sus seres queridos regresen a casa, siempre corran a saludarlos.
Nunca deje pasar la oportunidad de ir de paseo.
Permita que la experiencia del aire fresco y el viento en su rostro sea puro éxtasis.
Toma siestas.
Estírate antes de levantarte.
Correr, retozar y jugar todos los días.
Disfruta de la atención y deja que la gente te toque. Evita morder cuando un simple gruñido basta.
En los días cálidos, deténgase para acostarse boca arriba en el césped.
En los días calurosos, beba mucha agua y recuéstese bajo la sombra de un árbol.
Cuando estés feliz, baila y mueve todo tu cuerpo.
Deléitese con la simple alegría de un largo paseo.
Ser fiel.
Nunca finjas ser algo que no eres.
Si lo que quieres está enterrado, excava hasta encontrarlo.
Cuando alguien esté teniendo un mal día, quédese en silencio, siéntese cerca y acarícielo con delicadeza.

¡Ese es el secreto de la felicidad que podemos aprender de un buen perro!

#Madrid #Barcelona #Espana